Esta es nuestra historia ...

Estaba muy contento ya preparado para mi primer día de clase en la universidad, pero faltando pocas horas para cumplir uno de mis sueños, recibí una llamada. “El crédito no lo aprobaron, la opción era conseguir un codeudor.
Mi madre me colaboro, realizamos los trámites con todas las ganas puestas y la frente en alto, volvimos a la universidad y comenzaron a diligenciar los formatos correspondientes, en los cuales encontraron un detalle. Los ingresos de mi madre no alcanzaban para ser mi codeudor, llego la desilusión, la nostalgia, la negatividad, solo quedaba una opción.
Realizar los ingresos ante un contador, para poder solicitar el crédito nuevamente, esperé la respuesta más de 1 semana, totalmente desilusionado me dije a mi mismo “para el otro año será “
Después de una larga semana me llamaron para queme presentarme en Madrid (Cundinamarca), para revisar la documentación faltante.
El crédito fue aprobado y por fin tuve tener mis grandiosas clases, cuando ingresé al aula, estaban dictando fundamentos.
El profesor pregunta. ¿Hay alumnos nuevos?

Respondimos tres personas con tanta alegría. Pero la alegría a cabo desde el momento que hablo el profesor y dijo “bienvenidos hay parcial” quede anonadado con tan cruel noticia.

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